El Desempeño Académico a
nivel escolar es uno de los temas que más preocupa a la sociedad en general y a
los padres de familia en particular, pues en nuestro país hay indicadores que demuestran
que hay un descenso que ha llegado hasta niveles alarmantes en ciertas regiones
del país; sin tomar en cuenta el porcentaje de niños que no ingresan o desertan
de continuar cursando la escuela.
Cada familia se siente
sola en su lucha por frenar el fracaso escolar .
Buscan respuestas a
cuestiones tales como:
¿Qué alternativas tienen
los alumnos para mejorar sus calificaciones en las materias básicas y
fundamentales de los programas de estudio.?¿Cómo lograr que los estudiantes puedan
asumir con actitud positiva las dificultades que se les presentan en su vida diaria
y conquisten así las metas que se proponen?
Todos buscan e
implementan diversas maneras para contrarrestar los males que aquejan a la
educación y así elevar el desempeño escolar y la autoestima de los niños que
estudian en sus instituciones.
El deporte ha crecido en
popularidad paralelamente con el mejoramiento de los medios de comunicación y
se ha convertido en espectáculo preferido de un cada vez más creciente sector
de la población. Es una actividad de
interés social y la industria del Acondicionamiento Física, que incluye ámbitos
para realizar actividad física, aparatos auxiliares, entrenadores, asesores,
etc., crece día con día. Y cada vez un mayor número de padres y de dirigentes escolares
miran hacia el deporte para aprovechar sus beneficios escolares.
Los beneficios del
ejercicio en el desempeño escolar han sido objeto de diversos estudios en los
últimos cinco años.
Se parte de la base de
que el cerebro es un órgano de gran dinamismo. La capacidad de modificación del
cerebro frente a diferentes estímulos es aún mucho mayor durante la edad
escolar, toda la infancia y la adolescencia.
El cerebro de un niño en
edad escolar es todo actividad, es decir comunicación, creación y consolidación
de circuitos o caminos celulares que determinan funciones como la memoria o el
desarrollo de emociones.
Se sabe que ningún otro
mecanismo biológico consume tanta energía como la comunicación neuronal.
Así pues, el cerebro en
crecimiento es cambiante con la finalidad de adquirir y madurar funciones,
aprender y desarrollarse. A su vez, estos procesos necesitan sustancias capaces
de transmitir información, alimentar y hacer crecer los tejidos, lo cual sólo
se puede realizar a través de grandes cantidades de energía.
El ejercicio físico está
tomando un lugar destacado como factor susceptible de modificar la función y la
estructura cerebral, aportando claros beneficios en el rendimiento cognitivo y
bienestar psicológico.
Por ejemplo, estudios
transversales demuestran correlaciones entre niveles altos de acondicionamiento
cardiovascular y el desempeño cognitivo.
Existe evidencia que
niños con un nivel de acondicionamiento cardiovascular
alto obtienen mejores resultados académicos y que la actividad física en
general tiene un efecto positivo sobre el aprendizaje de algunas tareas
escolares específicas. Por si fuera poco, existen datos concluyentes respecto a
los beneficios del ejercicio físico sobre síntomas depresivos o de ansiedad en niños
y adolescentes. Los estudios realizados hasta ahora indican que el ejercicio
cardiovascular es posiblemente el más efectivo para mejorar la función
cognitiva en niños.
Correr, saltar, jugar en
continuo movimiento, son actitudes que aparecen de un modo natural y espontáneo
en los niños, sobre todo en los más pequeños. Y resulta que estas actividades
favorecen la utilización de la energía cerebral.
La naturaleza favorece
el desarrollo de los recursos que necesita para que prevalezca la vida.
Tal vez esto sea
consecuencia de un mecanismo adaptativo a lo largo de la evolución, “tantas
veces era necesario salir corriendo en las praderas para salvarse de los
depredadore” o por un principio meramente físico, “el movimiento determina la
función”, el ejercicio parece potenciar y mejorar algunas funciones cerebrales
en los niños, los adolescentes y también en los adultos.
Se han realizado muchos
estudios de cómo el ejercicio físico influye en el cerebro en desarrollo, ya
que tiene un gran valor práctico todo conocimiento sobre posibilidades de cómo
mejorar el desempeño humano.
Los estudios han
producido evidencias que podrían determinar cambios en los programas
educativos, por ejemplo, pero también podrían constituir un modelo para el
estudio del metabolismo energético y la neurotransmisión, tanto en el niño sano
como en determinadas enfermedades neuropediátricas.
Por ejemplo Cuadrado F.
y colaboradores (2004) en su estudio del efecto de la práctica deportiva
reglada en el rendimiento académico en alumnos de la Provincia de Granada –
España, determina que se ha encontrado una relación positiva entre la práctica
de la actividad física y el rendimiento académico que apoyan la idea de que el
dedicar un tiempo sustancial a actividades físicas en la escuela, puede traer
beneficios en el rendimiento académico en niños.
De la misma manera en su
estudio plantea que los jóvenes que practican actividad
adicional física y
deportiva y que están programadas en los programas de formación en las escuelas
tienden a mostrar mejores cualidades como un mejor funcionamiento del cerebro;
en términos cognitivos, niveles más altos de concentración de energía, cambios
en el cuerpo que mejoran la autoestima, y un mejor comportamiento que incide
sobre los procesos de aprendizaje.
Este estudio de Cuadrado
aumenta en importancia al concluir el que el ejercicio físico tiene una fuerte influencia
en otros factores que no se habían considerado anteriormente. Por ejemplo en
estados emocionales como ansiedad y depresión, disminución del estrés, mejoras
de las capacidades intelectuales y cognitivas, apoyados en cambios funcionales
a partir de la práctica de actividad física y deporte y que en la actualidad
están tomando mucho auge en función de que el nivel de estrés ha llegado ya
afectar a niños que ante tanto estímulo de todos nivel se descompensa y no sabe
cómo reaccionar y empiezan a tener en el estrés un problema que ya debe recibir
tratamiento especializado.
Esto implica que la
actividad física puede considerarse un elemento central y fundamental en los
programas de promoción de la salud para poblaciones escolares con y sin
patologías específicas -como las dificultades de aprendizaje, los síntomas de
hiperactividad, algunos casos de deficiencia mental y conducta disocial.
Se ha demostrado que la práctica
de un deporte favorece el rendimiento académico de las personas que lo practican,
en particular el ajedrez contribuye al mejoramiento de la atención y la concentración,
del pensamiento lógico, de la organización de las ideas, de la resolución de
problemas complejos, de la anticipación de eventos, pero también ayudan al
individuo a sentirse a gusto y compartir con su oponente de una forma sana y
pacífica.
Las investigaciones
realizadas sobre los beneficios de la actividad física y deporte suelen estar enmarcadas
dentro del discurso médico, que propende por la práctica de deporte con miras a
disminuir la probabilidad de ocurrencia de patologías de origen cardiaco,
respiratorio, metabólico, entre otras.
Si bien estas
investigaciones son importantes, por mucho tiempo se ha desconocido, o al menos
no se ha reconocido la importancia del deporte en otros contextos de la vida
humana, como es en este tema de estudio el del Desempeño Académico.
El Desempeño académico
es una problemática de carácter nacional es por eso que vemos en la actividad
física y el deporte, una de las opciones para fomentar estudiantes con una
educación de calidad.